Diálogo entre la muerte y un moribundo


  • Calcula cuánto tiempo se necesita para que algo se termine.
    • - silencio- .

  • Claramente vos me dirás “es relativo, abarcativo, absurdo”.
    • - resopla- ¿Cómo podría yo, calcular, así, a ojo, el tiempo final de algo? Algo que no sabemos que es, algo que podría ser un momento, un beso o una vida. Un momento pequeño o grande o infinito.

  • ¿Infinito?
    • No, infinito no, entonces me lo harías muy fácil, ¿Verdad? Algo infinito no tiene fin, la ecuación sería entonces inútil, inconclusa, inexistente.

  • ¿Estás seguro de eso?
    • - silencio- Y si fuera un beso, entonces terminaría  cuando sus labios se separen, o cuando suspiren al final, o cuando se miren a los ojos con una distancia más grande de “X” centímetros. Pero entonces, ¿Cuándo empieza el beso? ¿Cuándo se acercan hasta que sus narices se rozan? ¿Cuándo sus labios entran en contacto? No hay nada escrito sobre eso…
  • ¿Y cuál es la diferencia?
    • - silencio- Y una vida. Ese sí que es complejo. Hay tantas formas de terminar con una vida. Se puede destruir a una persona desde dentro, despacio o rápido; hasta que no le quede nada. Se puede aislar a una persona hasta la locura, la demencia, hasta quebrar su cordura. Se puede asesinar la bondad que vive en ella, doblegarla, y llevarla a ese extremo donde matar solo muestra la muerte que lleva adentro. Se puede matar de la forma más sencilla: físicamente. Dejándola inerte, invalida, “invívida”.

  • ¿Y entonces?
    • -silencio- ¿Entonces qué?

  • Entonces, ¿Cuánto tiempo se necesita para que algo se termine?
    • - silencio- .

  • Hablaste de infinitos, de tiempos de comienzo y de formas de matar. Pero no me diste mi respuesta todavía.
    • ¿Qué esperabas que te dijera?

  • Me hablaste de la facilidad de medir el infinito como tiempo final. Pero, ¿Qué pasaría si esa facilidad fuera ilusoria? Si, en realidad un momento fuera imposible de medir en infinito. Si consideráramos que la belleza del momento yace en su brevedad, en su finalidad, y que en el momento en el que un momento cubre ese lapso mínimo de tiempo, pasa a ser una situación, o una circunstancia; entonces verían que el tiempo nunca podría ser infinito.
    • - silencio- .

  • Me hablaste de suposiciones de cuando un beso termina, pero también me preguntaste cuando comienza. ¿Y qué diferencia hay entre un beso que comienza con una mirada, con el roce de dos narices esquimales o aquel que con ansia se busca y encuentra en un parpadeo? ¿Hay alguna diferencia entre aquel beso que termina interrumpido, de aquel que se separa tan suavemente que parece que los labios quedarán unidos para siempre? ¿O entre aquel que  se da con un contacto firme, o a penas un roce, o que vuela por los aires?
    • -niega- siguen siendo besos.

  • Me hablase por último de una vida, de la vida de una persona. Y de cómo terminarla. ¿no crees que eso me corresponde a mi? Esa decisión, y esa crueldad, y esa liberación y esa finalidad; me corresponde a mí. No hace falta que la vida termine desde dentro, ni cambia algo cuando lo hace desde afuera. La muerte no varía, sigue siendo muerte. El punto final. Me hablaste de todo eso, pero aun así no me contestaste la pregunta.
    • - resopla- si tan segura estas, adelante. Te escucho. ¿Cuánto tiempo se necesita para que algo se termine?

  • Para que algo se termine, es tan solo necesario menos de un segundo: lo que tardas en exhalar, o en darte cuenta de que lo haces por última…
    • … vez.

Anne

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